Tirar para Consumir

Distintos puntos de vista sobre la obsolescencia

Cuando un smartphone deja de ser útil para el usuario y sus funciones operativas no son las óptimas se puede hablar de que el aparato ha quedado obsoleto. Pero esta situación de obsolescencia puede darse por diferentes motivos.

Salen nuevos modelos más atractivos para el usuario. En estos casos se trata de una obsolescencia “elegida” es decir, el teléfono no deja de funcionar, sino que los avances tecnológicos han provocado la salida al mercado de otros modelos más atrayentes. De hecho, según el informe “Somos Digitales” antes mencionado, el 37% de los usuarios que tienen un smartphone tienen en mente renovarlo en los próximos 12 meses, y no solo eso sino que el 17% piensa comprar otro terminal adicional al que ya tienen.

Por falta de actualizaciones. Las compañías dejan de proporcionar actualizaciones para los modelos más antiguos, lo que provoca que llegue un momento en el que el terminal no sea capaz de soportar las aplicaciones que salen al mercado y por lo tanto queda obsoleto.

Obsolescencia Programada. Es una de las sombras de la tecnología, concepto que surge por primera vez en 1932 por parte de Bernard London y se hace famoso a partir de 1954 por el ingeniero Brooks Stevens en una conferencia sobre la producción en masa. Se trata de que los aparatos tengan ya establecida su vida útil, lo que provoca que la compra de un nuevo aparato sea necesaria. Ahora un gobierno como el francés se ha decidido por plantar cara a la obsolescencia programada y para ello ha establecido penas de cárcel y multas de hasta 300.000 euros para aquellas empresas lleven a cabo esta práctica. Se trata de una propuesta que completa la Ley de Consumo francesa y que surge como medida para plantar cara a la nocividad de la obsolescencia para el medio ambiente y para los consumidores.



CASOS DESTACADOS



La obsolescencia planificada en celulares es un término que se está escuchando cada vez más en la industria móvil y, básicamente, tiene que ver con fabricantes que planean la mejor forma de hacer obsoletos los teléfonos móviles en un periodo corto de tiempo (cada vez más corto) tratando de forzar a los usuarios a comprar un nuevo celular mucho más rápido de lo que originalmente habían planeado.





La gente de Cellphones.org dejó su opinión sobre el tema enfocándose en lo que hacen 2 de las compañías más importantes en el escenario actual de smartphones: Google con Android y Apple con su iPhone. Y no tengan dudas de que ambas tienen una estrategia pensada:





Apple y sus lanzamientos anuales


A algunos les gustará y otros lo odiarán, pero Apple llevó a la industria móvil en una nueva dirección allá por 2007 cuando presentaron el primer iPhone. Ahora con el iPhone 4 tenemos en el mercado la cuarta revisión del dispositivo original con nueva pantalla, dos cámaras y procesador más rápido para seguir atrayendo a los usuarios.


Pero estos lanzamientos anuales de Apple (en junio) cambiaron la forma en que los consumidores ven a los teléfonos ya que por más fanáticos que sean, la gran mayoría de los usuarios no pueden renovar el móvil todos los años y entonces les genera una duda a su intención de compra porque saben que si bien la nueva versión es mejor que las anteriores, dentro de un año sentirán lo mismo.


Pero Apple va un paso más allá de actualizar el hardware de sus equipos cada año. El software es otra forma de llevar a estos objetos de deseo a la obsolescencia: con iOS 4 trajeron nuevas features que los usuarios pedían a gritos pero el problema es que, si bien mejoran en algunos sentidos los modelos anteriores, algunas de esas opciones sólo funcionan en los teléfonos más nuevos. Hasta llegó a pasar que los primeros iPhone funcionaban realmente mal con el nuevo software.


Google gotea actualizaciones


En el caso de Android, funciona muy parecido a lo que hace Apple en cuanto a software pero con el agravante de que los distintos fabricantes tienen mucho que ver en lo que el usuario sufre al final.


Google desarrolla una actualización de su sistema operativo para dispositivos móviles y lo envía a los fabricantes. El update incluye nuevas opciones que los usuarios estuvieron pidiendo por bastante tiempo. En ese momento, depende del fabricante adaptar la actualización a su hardware y ahí está el problema: algunos de los equipos Android nunca van a ver un update y los fabricantes pueden elegir dejar de dar soporte a un teléfono (eso sin contar las trabas que pueden poner las operadoras de cada país para brindar el update).


Google también quiere tener una estrategia de actualizaciones anuales y el sentimiento de duda es aún mayor porque abarca varias de las compañías de móviles más importantes del mundo cada una con su base de usuarios fanáticos de la marca. Sin embargo, en Android se ve una luz de esperanza ya que si bien muchas empresas no le dieron importancia a las actualizaciones sobre todo a los modelos con Android 1.5, algunas están empezando a tomarlo en serio y a darse cuenta de la importancia para sus usuarios (al haber tantos fabricantes que usan Android una muy buena forma de diferenciarse es entregar las actualizaciones antes que nadie).

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